Hay lugares que no necesitan anunciarse a gritos, porque su esencia se percibe desde la primera miga. Miettes es uno de esos rincones. En medio del bullicio creativo de Cuatro Grados Norte, esta panadería francesa ofrece una pausa deliciosa, donde la mantequilla es reina y el pan, poesía.

Desde que cruzás la puerta —o más bien, desde que sentís el aroma a croissant recién salido del horno— sabés que entraste a un lugar especial. Aquí no hay pretensiones: solo masa bien trabajada, técnicas clásicas y un amor evidente por los detalles. La vitrina es un desfile tentador de baguettes, financiers, tartas de frutas, eclairs, brioches y croissants de mantequilla perfectamente hojaldrados.

Los imperdibles son varios, pero si es tu primera vez, empezá con un pain au chocolat o el croissant clásico. Ambos son prueba de que Miettes no juega con el pan: capas delicadas, doradas, con ese crujido que enamora y una miga suave que se funde en la boca. Si querés algo más sustancioso, su quiche de espinaca y queso es una joya para el brunch, especialmente si lo acompañas con una limonada con lavanda o un café servido sin prisas.

Miettes es pequeño, casi íntimo, con pocas mesas al aire libre que invitan a tomar el sol de la mañana y ver pasar la ciudad. Su ubicación, justo en una de las esquinas con más vida cultural de la zona, lo convierte en un excelente punto de partida para quienes disfrutan de un paseo matutino acompañado de buen pan.

Tomá nota

Aunque no cuenta con parqueo propio, hay opciones cercanas a unos cuantos pasos. Es recomendable llegar caminando, en bicicleta o con transporte privado. Un detalle importante: el acceso no es ideal para personas que se movilizan en silla de ruedas, ya que hay banquetas altas y gradas al ingresar. Esperamos que en un futuro cercano esto mejore.